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Marriage story o la alabanza a la mediocridad. (parte 1)

(Aclaración, esta reseña se dividirá en dos partes debido a la cantidad de desaciertos encontrados en la película)


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Imagen tomada de: https://www.reporteindigo.com/piensa/netflix-marriage-story-historia-de-un-matrimonio-5-razones-por-las-que-nos-divorciamos-segun-la-mejor-pelicula-de-netflix-marriage-story/

Marriage story es una de las más recientes películas estrenadas en Netflix sobre la que todos hablan. Alabada en diversos festivales, críticas que la suben al cielo, 83 % de favorabilidad de la audiencia en rottem tomatoes, la nueva cinta de la famosa plataforma de streaming se lleva todos los aplausos y todas las miradas ¿por qué? para la mayoría la cinta encarna de manera “magistral” y “vívida” el proceso de separación de una pareja que comprende que su relación ha perdido la magia que los unió al principio.


Aunque, vista desde otro ángulo, podemos afirmar que Marriage story evidencia una tendencia cinematográfica que fomenta un cine sobreexplicado, fácil de entender y digerir, un cine que apela a la facilidad de la emoción creada por unas lágrimas, o una música pegajosa, que pretende generar un ambiente dramático. Un largometraje (excesivamente largo) que pretende usar los errores de elaboración como excusas pseudo intelectuales para justificar una oda a la mediocridad. En los siguientes apartados analizaremos los defectos de la cinta que la dejan muy por debajo de grandes obras que trabajan la misma problemática como Blue Valentine, Manchester by the sea (obras recomendadas), entre otras.


SINOPSIS


Charlie y Nicole inician un proceso de separación matrimonial al evidenciar que los sentimientos que los vincularon en un principio han perdido intensidad. Ambos trabajan juntos en un teatro, Charlie como director y su esposa como actriz principal. Los esfuerzos constantes del matrimonio, las exigencias de la vida del hogar terminan por minar el amor y desdibujar la figura de ese ser que en algún momento se quiso con locura. La pareja, aparte de las dificultades inherentes al proceso, debe pensar en lo mejor para su hijo, Henry, que se encuentra en la mitad de la situación y ambos, de corazón, no desean lastimarlo. Así, el ejercicio del divorcio termina por desfigurar a ambas partes (o eso intenta mostrar el director) evidenciando los sentimientos que en ningún momento fueron capaces de enunciar mientras compartían el hogar: el egoísmo inconsciente de Charlie, el sentimiento de sentirse la sombra del esposo, que afectaba a Nicole, el reflejo que cada uno tiene de sus padres, todos esos elementos terminaran por derruir los lazos que los unían.


EL ABURRIMIENTO NO ES UNA VIRTUD.

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Imagen tomada del sitio. https://www.manners.nl/marriage-story-netflix-trailer/

La reseña anterior, en teoría, se debería corresponder con una obra magnifica que evidencia las contradicciones y el dolor de una separación (spoiler, no es así). A pesar de partir de una premisa potente, jamás desarrollada, el drama se desenvuelve muy por debajo de las expectativas, presentando a dos seres desconectados con los cuales no podemos empatizar debido a que los sucesos son relatados por los personajes sin que el espectador los presencie; elemento que evidencia el olvido de una regla básica del cine "muestra y no cuentes" y, como consecuencia de esta negligencia, es imposible vincularse con el drama puesto en escena.


La lectura de dos cartas, en las que se leen los votos matrimoniales, marca el inicio de la película. En esas cartas, reflejo del amor, resaltan los elementos que vinculan y enamoran a la pareja en un principio, luego, con el tiempo, esos elementos terminan por desdibujarse. Fuera de esta escena, construida a manera de flashback, el director no encuentra otro recurso narrativo para contar la historia que colocar a los personajes a hablar frente a la cámara, una y otra vez, sobre la tragedia que padecen.


Podemos comparar la obra con una melodía que posee algunas notas que no cambian, siempre mantienen su intensidad y duración, es decir, lo que se presenta es solo un sonido perpetuo con pretensiones de ser sinfonía que, como resultado, hace que el espectador, o el escucha, pierda el interés por lo que siente o experimenta. Algunos afirman que esta situación es creada voluntariamente para evidenciar el tedio que se siente al vivir una situación semejante, sin embargo, los que pretenden defender este mal desarrollo confunden, dos elementos diferentes que es pertinente aclarar: el aburrimiento y el tedio.


Llamamos aburrimiento al sentimiento de desinterés voluntario ante un contenido debido a que el contenido mismo no presenta condiciones adecuadas para hacerse atractivo, para llamar la atención; en la cinta este sentimiento se presenta debido al tono invariable de la misma. Por otra parte, el tedio es la situación existencial de desconexión ante todo lo que rodea a un sujeto, en las palabras magistrales de Pessoa:


Todo menos el tedio me da tedio.

Quiero sin tener sosiego sosegar.

Tomar la vida todos los días

Como un remedio,

De esos remedios que hay para tomar.

Tanto aspiré, tanto soñé que tanto

De tantos tantos me hizo nada en mí

Mis manos quedaron frías

Sólo de aguardar el encanto

De aquel amor que las calentara al fin.

Frías, vacías, Así.


En esa desconexión, el tedio, que pretendía generar el director, no se encarna en sus personajes: siempre son conscientes de su situación y sus propósitos. La ausencia de técnicas de narración: Flashbacks, flashforward, elipsis, vuelven lenta la obra, aburrida, y no permite desarrollar la sensación de desencanto que se padece al ver como un proyecto, que costó tanto empeño, es sepultado en el abismo del pasado y del olvido.


Es pertinente entonces reconocer que la mediocridad no puede confundirse con habilidad. Si la prioridad del mercado es económica y no estética, es evidente que en el afán de dividendos fomenta obras light para un público que no desea retos, solo caminar por la senda conocida, y mil veces recorrida, del amor presentado por hollywood. Marriage Story es una historia que se compromete con el mercado no con a creación; sus defensores, evidentemente, la venden como la panacea porque cuenta un drama amoroso desde una visión ética y moralmente aceptada, no porque descubra formas alternas de contar los viejos temas.


SOBRE EXPLICACIÓN Y DIÁLOGOS INÚTILES O EL DESCONOCIMIENTO DE LA DESILUSIÓN


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Imagen tomada del sitio https://www.slashfilm.com/marriage-story-trailers/

Toda relación amorosa, que naufraga en los mares de la cotidianidad y la monotonía, encarna ese dolor desde el silencio. El desgarro surge en tanto los involucrados dejan de ver al compañero de camino como un compañero. Un abismo, que crece y se perpetua, se alimenta desde la imposibilidad de la comunicación. Así, la desilusión amorosa solo se hace real desde la destrucción paulatina de los puentes que en algún momento unieron a dos personas, esta desilusión solo se encarna desde lo que no se dice, desde lo que se soporta en el silencio del corazón. Por lo tanto, el director al emplear como técnica narrativa el dialogo para un tema tan rico en matices y problemas, limita la experiencia del espectador (escogió a peor forma de encarnar el drama amoroso). Para compensar el director sobreexplica su historia, es decir, le dice al espectador que es lo que debe sentir y entender sobre las imágenes que se presentan en pantalla (verbaliza todo), negando el espacio para sentir o para pensar. Al espectador se le ata con una soga para guiarlo en la interpretación que ha creado el director sobre las rupturas amorosas, de ahí que, el observador no pueda interactuar o compenetrarse con la desventura de los personajes. En Marriage Story nos acercamos a una interpretación cómoda de la desilusión, no a una experiencia que se constituye desde el dolor, los silencios y las lágrimas.


Muestra de lo anterior, son los diálogos poco naturales en los que cae la película; diálogos artificiales que nada tienen que ver con las discusiones que se presentan entre dos individuos que ya no se ven como complemento. Ejemplo de esto es la escena donde Nicole, al terminar la conversación con su ex esposo, camina al lado de una piscina y da un pisotón evidenciando molestia e impotencia (hasta ahí, aunque poco natural, la escena no tendría problema alguno) es entonces donde aparece un personaje, que solo busca ligar con ella, preguntando por lo que le pasa:


- ¿Eso fue un pisotón?- (frase sin sentido e innecesaria porque el espectador vio la acción)

- Nunca lo había hecho. Es que estoy molesta – responde Nicole (respuesta carente totalmente de sentido porque el espectador puede inferir esa sensación sin que tengan que verbalizarla los personajes).


La película se va a mover en esa dinámica constantemente, los personajes realizan una acción y luego sus palabras refuerzan lo que la acción quiere presentar. Principio que rompe la esencia del dolor que se sufre en una separación, donde, como quedo anteriormente establecido, la imposibilidad de la comunicación destruye la palabra y conversar pasa a convertirse en una tarea titánica. El refugio de aquellos que sufren la caída del castillo de ilusiones es el silencio, la no-palabra, la ausencia de respuestas ante las hoguera de las ilusiones.


Autor

Angelus



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