METRÓPOLIS UNA OBRA QUE TRASCIENDE SU ÉPOCA (I)
- angelus millet
- 24 nov 2019
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 4 dic 2019

Metrópolis es una de esas películas que ha pasado a la historia como una obra maestra, de la cual, es difícil hablar debido a que al momento de analizarla inmediatamente se antepone un reto: el peso de la tradición. Las interpretaciones, que se han generado a lo largo de la historia sobre el significado del film, terminan por opacar voces nuevas que intentan dar una opinión alterna.
Sin embargo, la magia es tal que el espectador, que se acerca por vez primera a esta distopía, queda impactado por la técnica con la que se elaboraban largometrajes cien años antes y diversas preguntas asaltarán al alma hambrienta de cine: ¿Qué hace especial la película casi cien años después? ¿Qué mensaje quiere transmitir Fritz Lang, el director? ¿Por qué puede ser polémica aún en nuestro tiempo?
El arte que trasciende su época lo hace porque no se limita al hoy, a la inmediatez, para perdurar en la historia es fundamental responder a las inquietudes profundas de la existencia. En el caso de Metrópolis, la película en sí es una de esas experiencias que es necesario rumiar para comprender el potencial de lo visto, similar a cuando conoces a alguien que imaginabas como un ser grotesco o burdo y termina por ser un sujeto agradable. En Metrópolis, como en el ejemplo, el espectador se desubica debido al choque entre lo que se espera y lo que se experimenta, esta pérdida momentánea del sentido es fundamental, en la medida en que fomenta un estado donde necesariamente el espectador debe pensar en el sentido de lo visto, esto a su vez configura la forma de asimilar el mundo y de sentirlo, es decir, comprender el valor del film requiere trascender las impresiones inmediatas y tomarse el tiempo de analizar: un ejercicio de disfrute que se construye a partir de la lentitud y de la reflexión.
Para analizar más detenidamente la cinta, este comentario se dividirá en varias entregas con el fin de no hacerlo tedioso, y a la vez, profundizar en aspectos que hacen sobresaliente esta obra maestra. A manera de breve introducción podemos decir que Metrópolis es un film rico en interpretaciones que seguramente no pasará desapercibido para aquel que desee ingresar al reino de misterio que representa una de las obras cumbres del expresionismo alemán.
Casi cien años y metrópolis aún tiene vigencia

El tiempo es un juez implacable y certero, en especial, cuando realiza juicios sobre arte. Las obras que logran trascender la mediatez de sus días, lo logran porque cantan el espíritu de la humanidad. El arte en cualquiera de sus formas solo trasciende, cuando técnica y espíritu se vinculan para decir, de otra manera, lo que desde las primeras épocas se ha dicho: cada ser humano es la encarnación de la alegría y del drama de existir.
Metrópolis no escapa de esta regla, la potencia de su propuesta se evidencia en que toca temas como: el futuro de la humanidad, la inequidad social, la religión, la tentación, la muerte, el amor, etc, sin caer en la facilidad del drama barato que polariza y toma parte mostrando a los desfavorecidos como seres angelicales que sufren y a los poderosos como seres despiadados sin sentimientos. En metrópolis encontramos como el ser humano, desde cualquier estrato o situación social, debe asumir la complejidad de vivir.
Una de las fortalezas que posee, al no simplificar el problema de las relaciones sociales, es que el mensaje de la película perdura en la actualidad, en otras palabras, evidenciar las contradicciones de cada uno de los personajes, y de los grupos que se involucran en la trama de la película, hace que el mensaje de la película permanece fresco y actual.
Veamos cómo se desarrolla este mensaje.
Breve, muy breve sinopsis

Metrópolis es una ciudad donde conviven dos clases sociales: la clase pudiente, que vive en la parte superior de la ciudad, y la clase trabajadora, que vive en la parte inferior. Los destinos de esta ciudad son dirigidos por Joh Fredersen, líder y administrador de la ciudad, que vive exclusivamente para que la ciudad pueda continuar, de manera eficaz, con su movimiento y su rutina del día a día. Todo marchaba sin complicación alguna hasta que el hijo de Joh, Freder, conoce una mujer llamada María, que, con sus sermones a la clase trabajadora, busca que la ciudad tenga en cuenta a los menos favorecidos, en otras personas busca que las clases sociales convivan como hermanos.
A partir de este momento Freder conocerá algo que su padre jamás le había mostrado, el lado oscuro de la ciudad, y se vinculará a los desposeídos para tratar de encontrar alternativas para hacer la vida de esta clase social más digna. Por otro lado, el padre Joh, en su afán de control, solicitará ayuda a Rotwang, científico y enemigo de Joh, que ha creado un autómata con el cual suplantará a María para hacer caer la propuesta de igualdad y armonía en el vacío.
Así, los personajes entrarán en una lucha argüida para lograr los propósitos que hacen que su vida posea sentido. Joh y Rotwang luchando, desde sus intereses personales, por el bien de la ciudad y la clase obrera, encabezada por María y Freder, buscando igualdad. Como resultado de esta lucha comprendemos que los seres humanos se mueven por intereses personales que movilizan sus pasiones y deseos por causas públicas o privadas, por ende, los personajes no son buenos ni malos en sí mismos, simplemente defienden, cada uno, con ahínco su proyecto existencial.
Teniendo presente la sinopsis de la película (sin spoilers para invitarlos que vean este excelente trabajo artístico) es clave analizar elementos que han hecho que, en nuestros días, se hable de la película.
Metrópolis y el expresionismo alemán.

Lo primero que es pertinente aclarar es que Metrópolis es una de las obras principales de la escuela artística que se conoce como Expresionismo Alemán, que surge en respuesta ante el desencanto de la primera guerra mundial, explorando ante todo la subjetividad de los personajes, la desilusión, la oscuridad, la tristeza, la falta de organización, propias del momento histórico que vivían, debido a la incertidumbre que vivían por el futuro, que no era nada prometedor. Explicado de otra manera, la ausencia de oportunidades, el temor por la guerra, la dictadura próxima, solo podían generar un ambiente de zozobra en la población alemana, ambiente que se capta de manera perfecta en los largometrajes de esta escuela; un intento de evidenciar en el ser humano dimensiones más complejas marcadas por el claro oscuro que implica las situaciones de inestabilidad, personal, política o social.
Para lograr esto toma aportes de la pintura expresionista, que busca captar la subjetividad, y los acopla a su estilo para darle potencia y un sello artístico característico a sus obras. Además el manejo de elementos como: luz, escenografía, actuación, personajes, etc, van a tomar un tinte especial, donde el que observa no tendrá certeza sobre lo que ve en pantalla, ya que se encontrará en la delgada línea de la razón y lo irracional, entre la realidad y el mundo onírico. Es decir, en estas obras todos los elementos cobran significado, nada está colocado al azar con el fin de brindar al espectador una experiencia abarcante y a la vez retarlo a pensar sobre lo que se le presenta en pantalla.
A continuación analizaremos algunos de los elementos que destacan en esta escuela cinematográfica.
El manejo de la luz y la oscuridad que busca generar atmósferas terroríficas, ambientes siniestros, que enmarcan el terror que viven los personajes ante situaciones que se salen de sus manos.

Al contrastar luz y sombras, el terror que percibe el espectador se hace patente, la atmósfera que se respira se cierra con el transcurrir de la trama generando un ambiente de claustrofobia y de impotencia (se dice incluso que las sombras en los escenarios del Gabinete del doctor Caligari, obra cumbre de esta escuela, son pintadas para reforzar el mensaje de misterio que busca evoca la película).
En el caso de Metrópolis la luz y las sombras refuerzan el peso del contexto que los personajes viven. La clase superior vive en ambientes altamente iluminados, espacios grandes, con pocas sombras, contrario a los trabajadores que viven en una ciudad sombría, cubierta de niebla, con poca luz. Este factor evidencia la libertad que poseen unos frente a la ausencia de esperanza y posibilidades que deben vivir otros.
Lo siniestro, lo sobrenatural, lo irracional como componentes de la existencia. Al contrario de las posturas realistas, en cine, en arte, en filosofía, que pretenden explicar el mundo bajo parámetros racionales claros y lógicos, en el expresionismo alemán encontramos esa otra cara de la existencia, la oscuridad, lo inexplicable, como en el caso de Nosferatu, esa criatura que rompe con la tranquilidad y la cordura del protagonista o el caso emblemático de Cesar en el Gabinete del doctor Caligari. Este aspecto no busca reducir las explicaciones del mundo a elementos racionales lógicos, ya que, la realidad misma puede presentar vivencias ilógicas, elementos desbordantes, en su cotidianidad.
En el caso de Metrópolis es emblemático debido a que la película trata lo irracional desde el tema tecnológico y científico. Evidencia como la adoración de la tecnología, única herramienta para la supervivencia del ser humano, termina por ser profundamente irracional para la humanidad, incluso en sus lógicas racionales termina siendo perversa y desalmada, ya que, bajo la lógica de la eficacia, es capaz de sacrificar a un porción de seres humanos sin rubor alguno, ejemplo de esto es la situación que deben vivir los trabajadores condenados a las cadenas invisibles que imponía el sistema centrado en las máquinas.
Escenarios asimétricos, torcidos, la construcción de los escenarios, en el expresionismo alemán, busca reforzar la idea de las sombras y de lo irracional, que han sido mencionadas anteriormente. En medio de estos escenarios el espectador termina por sumergirse en una atmósfera onírica, donde la convencionalidad se rompe, y la pesadilla es la que construye las reglas a las que el público debe someterse.

El simbolismo. Las películas del expresionismo alemán están construidas para elaborar múltiples interpretaciones debido a la carga simbólica que poseen. Aunque la trama sea lineal y lógica, los elementos con que la trama se nutre son particulares, de ahí que, un color, un personaje, un objeto, pueden constituir elementos que amplían el significado de la obra o permiten elaborar otro tipo de interpretaciones sobre la misma. Como el emblemático caso de Caligari y Cesar, que para muchos ha sido equiparada a la forma como el partido nacional socialista, de la Alemania nazi, controlaba el pueblo alemán para sus propósitos bélicos y destructivos.
La aparición de un doble. Películas como el estudiante de Praga o Metrópolis encarnan el temor a la irracionalidad, al desborde y al descontrol, en un personaje, en un doppelgänger, un doble que encarna comportamientos contrarios al del protagonista, incluso puede encarnar los deseos reprimidos del protagonista que no afloran hasta que las fuerzas que controlan se ven diezmadas y el descontrol empieza su danza.

Cabe aclarar que la fuerza del expresionismo no solo se debe a su historia o a los elementos que movilizaron a los artistas a mantener ideas afines y un estilo común para evidenciar la compleja situación que padecían. Su fuerza se encuentra en la transgresión que realiza al contexto mismo, es decir su valor no se encuentra en que es un producto antiguo de los seres humanos, su valor se evidencia en que Metrópolis y el expresionismo alemán, casi cien años después, pueden susurrarnos al oído algunas imágenes sobre la complejidad y contradicciones que debe asumir el ser humano a lo largo de su camino y de su historia.
NOTA FINAL.
Para los que deseen profundizar en la temática recomiendo los siguientes enlaces:
En próximas reseñas analizaremos con detenimiento las múltiples interpretaciones que posee la película en torno a lo político, a la tecnología, a la religión, y demás elementos que hacen esta cinta fascinante.





Comentarios